Instalar un depósito de gasoil en casa puede ser una solución eficiente y segura para garantizar el suministro de calefacción durante los meses fríos. Aun así, antes de tomar la decisión, es importante valorar varios aspectos técnicos, legales y de mantenimiento. Una buena planificación inicial puede evitar problemas futuros y asegurar una instalación adaptada a las necesidades de cada hogar.
Normativa y legalidad
Antes que nada, hay que tener en cuenta la normativa vigente. Según la capacidad del depósito de gasoil y si se trata de un uso doméstico o profesional, puede variar la regulación. En Cataluña, las instalaciones deben cumplir con el Reglamento Técnico de Distribución y Almacenamiento de Combustibles Líquidos (ITC-MI-IP 03). Este reglamento establece criterios como la ubicación del depósito, el tipo de material, la distancia de seguridad y sistemas de protección contra derrames.
En muchos casos, la instalación debe ser realizada y certificada por un profesional autorizado. Además, puede ser necesario notificar al Ayuntamiento u obtener permisos si el depósito es exterior o supera cierta capacidad.
Ubicación del depósito de gasoil
La ubicación es uno de los puntos más relevantes. Los depósitos de gasoil pueden instalarse en el interior o exterior de la vivienda, pero siempre en un lugar ventilado, alejado de fuentes de calor y de fácil acceso para el rellenado.
En interiores, se recomiendan espacios como el garaje o una sala técnica. En exteriores, es fundamental que el depósito esté protegido de la intemperie, preferentemente cubierto y con una base estable que evite movimientos o inclinaciones.
Capacidad y tipo de depósito de gasoil
La capacidad del depósito dependerá del consumo estimado del hogar. Una vivienda unifamiliar puede necesitar entre 500 y 1.500 litros, aunque existen modelos de hasta 3.000 litros. Conocer el consumo habitual ayuda a optimizar los pedidos y evitar quedarse sin suministro.
En cuanto al tipo, los hay de pared simple o doble. Los de doble pared ofrecen una seguridad adicional frente a posibles fugas. Los materiales más usuales son el polietileno y el acero, cada uno con ventajas según el espacio disponible y el presupuesto.
Mantenimiento y seguridad
Un depósito de gasoil requiere un mantenimiento básico para garantizar su buen funcionamiento y evitar riesgos. Se recomienda revisarlo anualmente, especialmente las válvulas, conexiones y el estado general de la estructura. También es conveniente limpiarlo cada cierto tiempo para eliminar posibles sedimentos.
Los sistemas de seguridad como los detectores de fugas, las alarmas de nivel bajo y los cierres con llave son medidas que aportan tranquilidad y evitan incidentes.
Conclusión
Instalar un depósito de gasoil en casa es una inversión que puede mejorar la eficiencia y autonomía energética del hogar. Tener en cuenta la normativa, la ubicación adecuada, la capacidad necesaria y un mantenimiento regular son claves para garantizar una instalación segura y funcional.
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